Os explicamos esta deliciosa receta de albóndigas veganas hechas con soja texturizada. Están… ¡para chuparse los dedos!
Os queremos explicar la receta de estas sabrosas y jugosas albóndigas veganas que se hacen en apenas 40 minutos. Es un plato que queda de 10 y lo mejor es que ¡sabe de 10! Además, no es complicado de hacer y gustará tanto a veganos como a no veganos. Y es que la soja texturizada es ideal para sustituir la carne picada, ¿aún no la habéis probado?
Hoy en día es muy fácil encontrar soja texturizada en cualquier tienda o supermercado. Es un alimento con un alto valor nutricional y muy beneficioso para el organismo. Posee un elevado contenido en proteína vegetal, pocas grasas saturadas y sal. Además, está libre de azúcares y es una gran fuente de fibra y rico en carbohidratos de calidad. Un ingrediente que, si todavía no habéis descubierto, os invitamos a conocer haciendo esta receta que seguro os encantará. En EasyOrganic Magazine ya os hemos explicado una receta con soja texturizada que es una delicia y que os dejamos aquí enlazada: la clásica salsa boloñesa (versión vegana).
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS
- 200 gr de soja texturizada fina
- 4 cucharadas de harina de garbanzo (o la que quieras)
- 2 cucharaditas de ajo en polvo
- 2 cucharaditas de cebolla en polvo
- 1 cucharadita de comino (opcional)
- 1 cucharadita de pimienta negra molida
- Perejil fresco
- Un poquito más de harina para rebozar
- Una cucharadita de sal y un poco de aceite de oliva para freír
- Salsa de tomate
UNA RECETA FÁCIL Y MUY SALUDABLE
Lo primero que haremos será hidratar la soja en un bol con caldo vegetal o agua. Yo siempre prefiero hacerlo con caldo vegetal para que tenga más sabor pero en esta receta, si la hidratamos con agua estará bien también. Para hidratarla, seguiremos las instrucciones del paquete, ya que dependiendo del tipo de soja que sea se hará de una forma u otra. Yo he usado soja fina Instant con lo que ha bastado hidratarla unos minutos con el caldo templado-caliente.
A continuación la escurriremos y le sacaremos bien el agua sobrante. La pondremos en un bol y le añadiremos las dos cucharadas de harina, el ajo y la cebolla en polvo, el comino (si os gusta), la pimienta y un poquito de perejil. Mezclaremos todo bien y lo trituraremos con una batidora o similar para que quede una masa homogénea y sea fácil de manipular.
Después, haremos las albóndigas apretando bien la masa para que no se deshagan al freírlas y las pasaremos por harina antes de freír (el aceite deberá estar caliente para que queden crujientes). Una vez fritas, las pondremos encima de un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y estarán listas para servir. Si las acompañas de salsa de tomate casera, una buena ensalada, quinoa, arroz o pasta tendrás lista una comida muy completa para chuparse los dedos.