La noche del sábado 26 de marzo al domingo 27 empezaremos el nuevo horario de verano. El día será más largo y disfrutaremos de más horas de sol, pero ¿sabes cómo afecta este cambio de horario a tu cuerpo?
El último fin de semana del mes entraremos por fin en el horario de verano. Sienta genial notar cómo los días se hacen cada día un poco más largos y podemos aprovechar más horas de luz. En breve diremos adiós a la calefacción y al frío para dar la bienvenida -el sábado día 20- a la esperada primavera.
Si os preguntáis… ¿cuándo tenemos que cambiar los relojes? Muy fácil. Hay que hacerlo el próximo fin de semana. En concreto, la noche del sábado 26 al domingo 27 de marzo.
CÓMO AFECTA ESTE CAMBIO DE HORARIO DE VERANO
Este año, adelantaremos los relojes de las 2h a las 3h la madrugada del domingo 27. Como consecuencia, esa noche dormiremos una hora menos y, aunque pueda parecer un cambio pequeño, muchas personas notan ligeras alteraciones en su bienestar al modificar sus ciclos biológicos. Y es que… nuestro cuerpo es mucho más sensible de lo que a veces podamos pensar.
Es muy habitual que, tras adelantar los relojes, notemos lo siguiente:
- La noche del cambio de horario descansemos peor.
- Se tenga una ligera sensación de jet lag.
- Se produzcan pequeños desajustes entre el ritmo de sueño y la vigilia, como la somnolencia diurna o dificultad para conciliar el sueño.
- El cansancio sea mayor ya que al tener más horas de luz, al cuerpo le cuesta más ir a descansar.
- Hay personas que tienen irritabilidad, un peor estado de ánimo, astenia primaveral y dificultades para mantener la atención.
QUÉ PODEMOS HACER PARA ADAPTARNOS
Siempre es mucho mejor realizar la adaptación de forma escalonada y hacer un ajuste paulatino durante los 3 o 4 días previos.
Debéis saber que el cuerpo se acostumbra mejor al cambio de horario de invierno (es más fácil aclimatarse a «ganar» una hora que a «perderla») pero si lleváis a cabo nuestros consejos, ¡seguro que os será más fácil!
- Modifica progresivamente la hora de dormir: los expertos recomiendan, dos o tres día antes del cambio, levantarse entre 15 y 20 minutos antes de lo habitual. De esta manera vamos preparando nuestro cuerpo y se irá acostumbrando gradualmente a la nueva hora. Tener un sueño reparador es fundamental para nuestro organismo y, por eso, deberíamos dormir entre 7 y 8 horas diarias.
- Es bueno no dormir siestas hasta que nos hayamos acostumbrado al nuevo horario, así evitaremos posibles desajustes en los ritmos de sueño y vigilia.
- Evitaremos las cenas copiosas y nos acostaremos mínimo una o dos horas después de cenar. Es mucho mejor comer por la noche de forma ligera para facilitar la digestión y, por consiguiente, un sueño placentero.
- Reduciremos el consumo de cafeína y otras bebidas estimulantes que, lo único que harán, será ponérnoslo más difícil. El café, el alcohol y las bebidas azucaradas estimulan el sistema nervioso, dificultando el sueño. Así que mejor no tomarlos después de mediodía
- Si practicamos ejercicio intenso, mejor hacerlo algunas horas antes de dormir, ya que nos podría producir insomnio. En realidad, el deporte nos ayuda a estar cansados y a dormir mejor pero si lo practicamos muy tarde, su efecto será justo el contrario.
- Es muy importante evitar usar dispositivos electrónicos antes de ir a la cama. El móvil, la tablet, el ordenador y la televisión alteran el cerebro y pueden ser responsables del insomnio. Su uso prolongado altera los ritmos circadianos, reduciendo la calidad del sueño y es mucho mejor dejar de usarlos un rato antes de acostarse.
- Si creamos un ambiente relajado en nuestro dormitorio, minimizando la luz y los sonidos en él nos será más fácil conciliar el sueño. El cerebro libera melatonina (la hormona que regula el sueño) con la oscuridad, así que si lo preparamos antes de ir a dormir, lo estaremos ayudando.
- Tomar una infusión relajante de tila, manzanilla, poleo, valeriana… nos prepara para ir a dormir y es muy placentero.
UN CAMBIO POLÉMICO
Hay que decir que, en los últimos años, se ha puesto en entredicho que los dos cambios de horario que se realizan cada año sean tan beneficiosos. El principal motivo es el supuesto ahorro energético, pero ¿es realmente así? Muchas personas, lo dudan.
Los detractores hacen especial hincapié que España tiene muchas más similitudes en la zona horaria a países situados en nuestro mismo meridiano como Portugal y Reino Unido, con los que no se comparte la hora. ¿Tiene esto sentido? A priori parece que no, pero de momento no hay novedades a la vista.
En 2019 la Comisión Europea presentó una propuesta para acabar con los cambios de hora en toda la UE pero la decisión se pospuso hasta y… sigue en el aire. En España además, no se ha alcanzado ningún acuerdo al respecto, así que nada va a cambiar por el momento.