Este fin de semana cambiamos la hora y dormiremos una hora más, pero ¿sabes cómo nos afecta este cambio? Te damos unos consejos para que tu sueño y tu reloj biológico se adapten
¿Cuándo cambian la hora? En la madrugada del sábado 24 al domingo 25 “ganaremos” una hora de sueño y llega el día en el que, nos guste o no, tenemos que adaptamos al horario de invierno. De este modo, atrasaremos una hora los relojes y a partir del domingo el día amanecerá una hora antes y se hará de noche más temprano.
Este cambio de hora que puede parecer pequeño, en realidad, no lo es tanto. Genera en nuestro organismo una especie de “jet lag” que normalmente desaparece al cabo de tres o cuatro días, afectando más a niños y ancianos.

QUÉ SON LOS RITMOS CIRCADIANOS?
Aunque a priori pueda sonar extraño, la aparición de este “jet lag” está relacionado con los ritmos circadianos que rigen el cuerpo humano. Estos ritmos son una especie de reloj interno que ayudan a nuestro organismo a funcionar bien y, se regulan gracias a las horas de luz y de oscuridad. Funciones como el sueño, la producción de ciertas hormonas o la temperatura corporal siguen ciclos de 24 horas y, cuando modificamos este ciclo, podemos sentir más irritabilidad, sueño, cansancio, falta de apetito e incluso, rendir menos intelectualmente.
En este sentido, la farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia, nos explica que “la luz es un factor esencial para nuestro ritmo circadiano. Nuestro cuerpo se sincroniza con la tierra, y es lo que hace que se duerma mejor por la noche, cuando no hay luz, y que estemos despiertos por el día. Al reducir las horas de luz, con el cambio de hora, puede producirse un desequilibrio que afecte a la conciliación del sueño, al hambre y al estado de ánimo”.
Para evitar que esto suceda, en EasyOrganic te damos unos consejos fáciles de seguir.
TIPS PARA QUE EL CAMBIO DE HORA NO AFECTE A TU SUEÑO

- Es aconsejable acostarnos 10-15 minutos antes los días previos al cambio de hora (en el cambio de horario de primavera, nos deberemos acostar 10-15 minutos después). De esta manera vamos preparando nuestro cuerpo y se irá acostumbrando progresivamente a la nueva hora. Tener un sueño reparador es fundamental para nuestro organismo y, por eso, deberíamos dormir entre 7 y 8 horas diarias.
- Es bueno no dormir siestas hasta que nos hayamos acostumbrado al nuevo horario, así evitaremos posibles desajustes en los ritmos de sueño y vigilia.
- Evitaremos las cenas copiosas y nos acostaremos mínimo una o dos horas después de cenar. Es mucho mejor comer por la noche de forma ligera para facilitar la digestión y, por consiguiente, un sueño placentero.
- Reduciremos el consumo de cafeína y otras bebidas estimulantes que, lo único que harán, será ponérnoslo más difícil. El café, el alcohol y las bebidas azucaradas estimulan el sistema nervioso, dificultando el sueño. Así que mejor no tomarlos después de mediodía
- Si practicamos ejercicio intenso, mejor hacerlo algunas horas antes de dormir, ya que nos podría producir insomnio. En realidad, el deporte nos ayuda a estar cansados y a dormir mejor pero si lo practicamos muy tarde, su efecto será justo el contrario.
- Es muy importante evitar usar dispositivos electrónicos antes de ir a la cama. El móvil, la tablet, el ordenador y la televisión alteran el cerebro y pueden ser responsables del insomnio. Su uso prolongado altera los ritmos circadianos, reduciendo la calidad del sueño y es mucho mejor dejar de usarlos un rato antes de acostarse.
- Si creamos un ambiente relajado en nuestro dormitorio, minimizando la luz y los sonidos en él nos será más fácil conciliar el sueño. El cerebro libera melatonina (la hormona que regula el sueño) con la oscuridad, así que si lo preparamos antes de ir a dormir, lo estaremos ayudando.
- Tomar una infusión relajante de tila, manzanilla, poleo, valeriana… nos prepara para ir a dormir y es muy placentero.