Las patatas Hasselback son la guarnición perfecta para cualquier plato. Crujientes por fuera y suaves por dentro están llenas de matices gracias a su corte laminado
¿A quién no le gustan unas buenas patatas al horno, sabrosas, ricas y llenas de matices? Pues así son las patatas Hasselback. Originarias de Suecia, están tan buenas que se hicieron universales rápidamente por lo deliciosas y sabrosas que están.
Esta receta tradicional es muy, muy fácil de hacer. Su truco están en el corte que, como veis, es en forma de láminas finitas y le da a la patata un aspecto diferente y apetecible.
Su sistema de corte en forma de acordeón facilita la cocción y la entrada de sabores dentro de la patata. Con esta receta logramos que la patata quede muy crujiente por fuera y suave por dentro, con muchos de matices que no se consiguen con las patatas al horno más clásicas. Os explicamos la receta a continuación para que sorprendáis a vuestros invitados y os las regaléis cada vez que os apetezcan.
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS
- 4 patatas medianas para asar (tipo Kennebec o Spunta)
- Romero, tomillo o la planta aromática que más os guste
- Sal gorda
- Pimienta negra molida
- Mantequilla o margarina
- Un chorrito de AOVE
Para hacer este plato, lo primordial es elegir unas buenas patatas para este tipo de cocción al horno. Por ejemplo, las variedades harinosas que pierden su textura y quedan blandas pero sin deshacerse son las adecuadas: patatas tipo Kennebec o Spunta.
Elegiremos patatas medianas que sean de tamaño parecido, así necesitarán el mismo tiempo de cocción y no quedará ninguna cruda por dentro o demasiado hecha.
UNAS PATATAS MUY SENCILLAS DE HACER
Lo primero será lavarlas bien y secarlas. Una vez las tengamos listas vendrá la parte más complicada que es cortarlas, pero… si hacéis nuestro truco, será ¡coser y cantar! Os lo aseguramos.
El secreto para hacer los cortes pero sin cortarlas totalmente es poner la patata encima de una cuchara de su mismo tamaño o similar, es decir un utensilio curvo y cóncavo que haga de tope. De esta manera el cuchillo no podrá cortar hasta el final y la patata se mantendrá unida en su base.
Cuando cortemos las láminas intentaremos que sean de un grosor similar, de unos 4 a 6 milímetros, y deberemos hacerlas a lo ancho, no a lo largo.
Seguidamente, cortaremos unas hojas de romero, de tomillo o de las plantas aromáticas que más nos gusten y las pondremos bien cortaditas encima de cada patata. Después añadiremos un trocito de mantequilla o margarina para que penetren bien los sabores al hornearlas y añadiremos un poco de sal gorda, un chorrito de AOVE y un poquito de pimienta molida.
A continuación introduciremos la fuente con las patatas Hasselback en el horno que habremos pre-calentado a 180-200º y las asaremos unos 40- 45 minutos, justo hasta que estén doraditas por fuera y tiernas por dentro.
Veréis qué buenas y sabrosas que están. Estamos seguras de que ¡os encantarán!