El baba ganoush o también conocido como mutabal es una crema que se come templada con un ligero y exótico sabor ahumado. Descubre nuestra receta llegada directamente de las tierras de Egipto
Cuando un plato te transporta a momentos ya pasados y vividos de forma feliz significa que ese sabor te acompañará el resto de tu vida. Recuerdos y sabores que habitan unidos en un rinconcito de tu corazón y… de tu estómago y eso es precisamente lo que nos ocurre con el baba ganoush (también llamado mutabal).
Para nosotras, es una de las cremas frías (o patés) de berenjena más deliciosas e irresistibles del mundo. Con una textura untuosa, cremosa y un sabor chispeante es el fondo de nevera perfecto que puedes comer de entrante, en el desayuno o a cualquier hora como tentempié. Es tan exquisito que, a nosotras, nos lleva de viaje instantáneo al mundo submarino de los arrecifes de coral, de las morenas, las barracudas, las rayas y las tortugas que reinan en el Mar Rojo. Allí es donde hemos disfrutado recientemente del baba ganoush y a dónde nos lleva su increíble sabor.
¿Nos acompañas en este viaje tan apasionante como gustativo? A continuación os explicamos a la receta y el paso a paso de la elaboración para que lo podáis hacer en vuestras casas. ¡Os encantará!
INGREDIENTES BABA GANOUSH
- 5 berenjenas medianas
- Ajo al gusto (recomendamos 2 dientes medianos sin el germen)
- 2 cucharadas generosas de Tahini
- Zumo de un limón
- Una cucharadita de comino
- Opcional: una cucharadita de pimentón dulce
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Sal
La receta de este plato es bastante sencilla y se realiza con ingredientes básicos y sencillos. Eso sí, la clave para conseguir ese sabor intenso tan único y característico es ahumar las berenjenas a la brasa. Así, sin miedo. Hay que asarlas directamente en la llama de la cocina para conseguir un plato de sabor potente y concentrado.
¿AL FUEGO O AL HORNO?
Lo primero que haremos será lavar bien las berenjenas y asarlas directamente sobre el fuego, a potencia media. Cogeremos unas pinzas o algún utensilio que nos permita acercarlas al fuego (sobre los quemadores o apoyándolas en las parrillas) e ir girándolas para cocinarlas bien por todos los lados.
Una vez estén blandas a partes iguales y con la piel ennegrecida dejaremos que se enfríen en una fuente. Comentaros que, si mientras las estamos asando se abren o rompen en algún punto, no os preocupéis. Si es el caso, no pasa nada, seguiremos asándolas a la llama con un poco más de cuidado.
Para aquellos que no tengáis gas en la cocina también se pueden asar las berenjenas al horno a 180º durante unos 40-50 minutos, aunque sentimos decíroslo: ¡El sabor… no será el mismo! Un buen truco para darle un toque un poco ahumado es que pasados los primeros 30 minutos de horno, subáis el fuego a 200º para que la piel se tueste un poco mientras el interior se cocina. En el momento en el que las berenjenas estén blandas por dentro y con la piel tostadita, las podéis retirar y dejar enfriar.
MEJOR MEZCLAR CON LAS MANOS
Una vez estén frías, las pelaremos con cuidado para no dejar trocitos de la piel quemada. Para juntar bien todos los ingredientes y darle la textura cremosa y original utilizaremos las manos. Iremos aplastando, desmigando y estrujando las berenjenas para mezclarlas después con el resto de ingredientes con mimo y sin prisas. Pondremos la carne de las berenjenas en un bol junto con el aceite, el tahini, el comino, el zumo de limón, la sal y el ajo picado muy fino o machacado en el mortero y mezclaremos bien.
Si no os gusta utilizar las manos, podéis hacer esta operación con dos tenedores pero en la medida de lo posible, es preferible que no utilicéis una batidora de mano porque se pierde la textura original y queda la crema demasiado triturada.
CON PAN DE PITA, MEJOR
A la hora de servir, tan solo deberemos tener la precaución de que no esté fría de la nevera para que no pierda sabor y acompañarla de pan de pita, pan tostado o incluso de verduritas cortadas como la zanahoria, el apio o el calabacín.
A mí me gusta ponerle un chorrito de AOVE antes de servir y unas semillas de sésamo o sésamo espolvoreado et voilà, ¡listo para comer!
No sé a vosotros pero a mí se me hace la boca agua.