Crujiente por fuera, tierna por dentro y con ese toque casero que reconforta al primer bocado. Una versión sencilla y deliciosa de una receta coreana de col que te hará viajar sin salir de casa
Hace poco estuve en Bélgica visitando a una gran amiga y, entre charlas y risas, descubrí una receta que me conquistó al instante. Nos encanta la comida coreana y, cuando estamos en Barcelona, siempre buscamos la excusa perfecta para ir a nuestro restaurante coreano favorito. Pero esta vez, en su casa en Bruselas, tuve la suerte de probar una versión casera de uno de esos platos que reconfortan desde el primer bocado.
Fue en uno de esos días en los que el hambre aprieta y el tiempo escasea. Mientras pensábamos qué preparar, mi amiga, con toda la naturalidad del mundo dijo: “Voy a hacer una tortita de col inspirada en el kimchijeon para calmar el hambre antes de cocinar algo más elaborado”. Y vaya si funcionó. En cuestión de minutos, teníamos frente a nosotras una tortita dorada, crujiente por fuera, tierna por dentro y con ese sabor tan delicioso de la col.
Esta receta es una versión libre del clásico kimchijeon, pero con un pequeño giro: en lugar de kimchi (la col fermentada y picante), usamos col fresca. Al final, este es un ingrediente mucho más fácil de tener a mano y, lo mejor de todo, ¡queda igual de rico! Aunque el kimchi aporta ese toque ácido y picantito tan característico, la col fresca le da una suavidad deliciosa y un sabor que no se queda atrás. Además, al prescindir de ingredientes fermentados, esta versión es mucho más sencilla y rápida de preparar.
Con esta receta podrás disfrutar de una tortita deliciosa elaborada con ingredientes fáciles de tener un tu despensa. Si quieres, puedes acompañarla con arroz, quinoa o bulgur para que hacer un plato más completo y saciante y, además, es ideal para quienes buscamos algo fácil, rápido y con un toque de cocina coreana, ¡pero sin complicaciones! ¿Qué te parece?
INGREDIENTES
- 1 taza generosa de col cortada en juliana
- Un poco de cebolla cortada en juliana
- 1/2 taza de harina
- 1/2 taza de agua, aproximadamente
- Salsa de soja con champiñones (o la que tengas en casa)
- 1 huevo
- Sal y una pizca de bicarbonato
- Aceite de oliva virgen extra
- Cebollino
Elaboración de la tortita de col inspirada en el kimchijeon






1- Saltea la col
- Calienta una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra a fuego medio.
- Añade la col cortada y la cebolla en juliana y saltéala durante 3-5 minutos con una pizca de sal removiéndola de vez en cuando. Esto suavizará su textura sin perder su sabor característico.
2- Prepara la masa
- En un bol mezcla la harina con el agua, añadiéndola poco a poco. Es importante incorporar el agua en pequeñas cantidades y mezclar bien antes de añadir más permitiendo que la harina la absorba completamente. De esta manera, podrás controlar mejor la consistencia de la masa y ajustar la cantidad de agua según sea necesario, hasta obtener una textura similar a la bechamel o a la masa de crepes. Ni demasiado líquida ni demasiado espesa.
- Añade una pizca de sal y bicarbonato para lograr una masa más ligera y esponjosa.
- Incorpora un chorro de salsa de soja con champiñones y el huevo, mezclando bien hasta que todo esté integrado.
3- Vierte la masa sobre la col
- En la misma sartén donde acabas de saltear la col, vierte la masa por encima y mezcla ligeramente para que se integre bien.
- Cocina a fuego medio hasta que la base empiece a cuajar y los bordes se vean dorados.
4- Dale la vuelta con cuidado


- Una vez que la parte inferior esté bien cocida, usa un plato para darle la vuelta con un movimiento rápido (como si fuera una tortilla)
- Cocina por el otro lado hasta que esté dorado y crujiente.
5- Sirve y disfruta
- Coloca la tortita en un plato, puedes dejarla entera o cortarla en cuatro partes.
- Espolvorea cebollino fresco por encima para darle un toque aromático y de color.
- Acompaña con un poco más de salsa de soja con champiñones si lo deseas.
Truco extra: para que la tortita de col quede perfecta, es importante quitar las partes más duras del tallo de la col, ya que, de lo contrario, podrían quedar demasiado firmes.