Son prácticamente invisibles e imperceptibles pero los microplásticos están, por desgracia, en todas partes de nuestra vida cotidiana y cada vez más presentes en nuestro cuerpo y entorno natural
Los microplásticos son pequeños trozos poco visibles de plástico que entran y contaminan el medio ambiente ya que provienen de derivados del petróleo. Prácticamente son imposibles de biodegradar y tanto la actividad industrial como la cotidiana vierten en el agua estas partículas de manera constante.
Debido a su pequeño tamaño, no superan los 5 milímetros, su filtración por las depuradoras es casi imposible y es por esto que es muy fácil que los microplásticos acaben siendo desechados en ríos, mares y océanos provocando daños irreparables en nuestro medio natural. Además de los microplásticos, hay una categoría aún más pequeña que son los nanoplásticos que no constituyen más de 0,001 µm, imposibles de ver. Así que es aún más complicada su localización y destrucción.
Los microplásticos se pueden clasificar en dos tipos:
- Primarios: son los que se fabrican directamente en ese tamaño y representan entre un 15% y el 31% de los microplásticos en los océanos. Algunos de ellos provienen del lavado de la ropa sintética, la abrasión de los neumáticos en la conducción o los que se añaden de manera intencionada en los productos de cuidado personal como la pasta de dientes o geles exfoliantes.
- Secundarios: se originan a partir de la degradación de grandes objetos de plástico como botellas, bolsas de plástico o redes de pesca y representan hasta el 80% de los microplásticos en el océano.
Los miles de millones de microplásticos pueden ser ingeridos por animales del mar y, de esta manera, terminar en los seres humanos vía la cadena alimenticia

Ambos tipos son de gran toxicidad y persistentes en el medio. Mayoritariamente estos microplásticos provienen de dos tipos de plástico. El primero, el polietileno (PE), es un componente que se degrada muy poco pero, lastimosamente, es uno de los más utilizados mundialmente ya que es muy económico de sintetizar y se utiliza para las bolsas o las botellas de plástico, cosméticos y jabones. El segundo, es el polipropileno (PP) que se utiliza para fabricar tapones y fibras sintéticas de prendas de ropa y otras telas textiles.
¿Cómo nos afectan los microplásticos?
La mitad de los plásticos que usamos de manera cotidiana son artículos de un solo uso, como por ejemplo los envases o las pajitas. La vida útil de estos artículos aproximadamente es de unos 15 minutos, pero, ¿sabéis cuánto pueden tardar en desintegrarse totalmente? ¡Entre 400 y 1.000 años!
De esta manera, debido a que no se biodegradan, sino que se van desintegrando en partes más pequeñas, los microplásticos terminan siendo absorbidos o ingeridos por muchos organismos, entre otros en el cuerpo humano. Las partículas se transportan rápidamente por el aire, y pueden dar la vuelta por el planeta en cuestión de días y caer del cielo como una lluvia.
Incidencia de los microplásticos en el planeta
Los ecosistemas marinos y acuáticos de agua salada son los que más cantidad de microplásticos reciben. Entre el 60% y el 80% de los residuos del mar son plástico, en su mayoría microplásticos, y se estima que hasta unos 50 mil millones lo son. A parte de dañar la fauna marina, todos estos miles de millones de partículas pueden ser ingeridas por animales del mar y, de esta manera, terminar en los seres humanos vía la cadena alimenticia.

La verdad es que los peces pueden mostrar altas concentraciones de microplásticos, pero principalmente están en su estómago e intestinos. Para el consumo humano generalmente los quitamos para comer, así que ya no constituyen un peligro tan grande para nuestra salud. Lo que sí que hay que tener en cuenta es cuando comemos crustáceos como el cangrejo, langostas o camarones y mariscos, ya que al consumir su tracto digestivo nos puede llegar más directamente al consumidor. Además, pueden estar presentes en los alimentos como la sal, en las frutas y verduras frescas y en bebidas como la cerveza e incluso en el agua del grifo. En algunos estudios ya se han detectado partículas de microplásticos en los excrementos de los humanos.
Cierto es que la incidencia en nuestra salud es aún desconocida, pero normalmente estos microplásticos contienen aditivos y sustancias químicas, probablemente tóxicas y que son perjudiciales para los animales y para los humanos.
Algunos consejos para reducir el uso de la contaminación por plásticos y microplásticos:
- Usa un cepillo de dientes biodegradable.
- Usa hilo dental de fibra natural recubierto con cera de abeja, los otros son de nylon o teflón.
- Evita usar sartenes antiadherentes que están recubiertas de teflón.
- No usar maquinillas de afeitar o depilación desechables.
- Comprar productos para el cabello que no contengan ni silicona ni petróleo. Usa champús o acondicionadores bio y eco-friendly. Así como los cosméticos que sean naturales.
- Usa toallas de algodón orgánico o fibra de cáñamo en lugar de bastoncillos o toallitas de algodón desechables.
- Evita los globos hinchables para fiestas y celebraciones.
- Usa envases reutilizables como botellas de agua, tazas para el cafè o lleva contigo una bolsa para la compra.
- Descarta las pajitas de plástico y sustitúyelas por unas metálicas.
- Opta por tejidos naturales y evita los que están fabricados con telas sintéticas.
- Usar detergentes ecológicos, estropajos con fibra natural y productos de limpieza menos agresivos.
- Prohibir la purpurina o brillantina.
Uno de los productos que se han prohibido recientemente es el de la brillantina en los maquillajes, disfraces o manualidades. Esta purpurina está compuesta de millones de microplásticos que además de ser nocivos como ya hemos comentado, corremos el riesgo de inhalarlos de manera accidental y que vayan a nuestro cuerpo directamente, sobre todo los niños y niñas más pequeños.