A todos nos pasa: asociar la deshidratación de nuestra piel con nuestro escaso consumo diario de agua. ¿Tenemos razón? ¿Estamos equivocados? La respuesta a esta pregunta de belleza que nos inquieta la responde la farmacéutica Belén Acero
Nuestro cuerpo está compuesto en un 80% por agua. Además, debemos consumir alrededor un litro y medio de agua por día para que nuestro organismo pueda funcionar de manera óptima. Dicho esto, ¿el agua que bebemos todos los días también nos ayuda a tener un cutis bonito?
¿Tengo la piel deshidratada porque no bebo suficiente agua?
“El agua de nuestro cuerpo se almacena principalmente en la capa profunda de nuestra piel, es decir, la dermis. Esta última irriga las diferentes capas que componen nuestra piel y asciende hasta la epidermis -la capa más superficial- antes de evaporarse. Para evitar que se pierda demasiada agua (hablamos entonces de pérdida imperceptible de agua), la película hidrolipídica es precisamente la encargada de retener esta agua. En resumen, se trata de una película protectora que cubre toda la superficie de nuestra piel”, cuenta la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y especialista en dermofarmacia y nutrición.
“Sin embargo, cuando ya no es capaz de cumplir bien su función, la piel se deshidrata. Y, como consecuencia, presenta líneas finas por desecación debido a la deshidratación y se vuelve menos flexible. La tez se vuelve gris y apagada. Este es el momento en el que te dices a ti mismo que últimamente no has bebido suficiente agua, de ahí esta afección de la piel. Has de saber que la piel deshidratada es, sobre todo, el resultado de uno o más ataques a la película hidrolipídica por factores internos y externos. Por ejemplo, el tabaco, un resfriado, el alcohol, la medicación, una dieta desequilibrada, una rutina de cuidado de la piel inadecuada, el cansancio, el estrés, el sol… En definitiva, cualquier cosa que pueda perjudicarle”.
Mi piel está deshidratada, ¿debo beber más agua?
“Como habrás comprendido, el consumo insuficiente de agua figura al final de la lista de razones que pueden explicar la piel deshidratada. Hay que llegar a un estado muy avanzado de deshidratación, por ejemplo, cuando estás enfermo, para ver el efecto de la falta de agua en la piel. Este es un caso extremo. Por tanto, no, no debes pretender hidratar tu piel bebiendo dos litros de agua al día. Será bueno para tu organismo, por supuesto, pero no se verá reflejado en la piel. El principal impacto de la hidratación en la apariencia de la piel es la mejora del flujo sanguíneo, que proporciona nutrientes, oxígeno y ayuda a desintoxicar el cuerpo”.
Para una piel bien hidratada se recomienda incorporar tratamientos tópicos, con activos con propiedades hidratantes, como el ácido hialurónico, el ácido poliglutámico, la glicerina, niacinamida, ceramidas o péptidos. Además, emolientes, como la manteca de karité o la lanolina, ayudan a sellar esta hidratación en la epidermis. Para potenciar su eficacia, exfolia tu piel periódicamente eligiendo un producto y una frecuencia de uso adaptados a tu tipo de piel.